Estaba pensando así a lo tonto que normalmente todos tenemos la sensación de que controlamos nuestra vida.
Cuando somos pequeños son nuestros padres quienes llevan el timón. Un poco más tarde, cuando somos adolescentes lo hacen nuestras hormonas, supongo, nuestras inseguridades, nuestros amigos, nuestro entorno, nuestra necesidad de encajar…
Y luego te haces un poco más mayor. Entonces tienes que empezar a tomar decisiones, qué estudio, quién me gusta quién no, qué quiero hacer con mi vida, qué trabajo quiero, qué me conviene, voy a este sitio o a este otro… y te acostumbras a ir tomando decisiones, unas más difíciles que otras. En fin, que te habitúas a controlar tu vida.
Estaba aquí tirada en la cama escuchando a ese grupo que me gusta tanto, 30 Seconds to Mars y estaba pensando que durante todo este año no estoy pudiendo controlar mi vida, porque básicamente la vida ha cogido el timón por mí. Me he visto en una serie de acontecimientos que no buscas, ni decides, ni deseas, simplemente pasan.
Y en varios momentos he intentado nadar contra la corriente, coger el timón del barco y tomar el control, llevarlo por donde yo quiero. Pero claro, la vida es mucho más fuerte que yo y esos esfuerzos solo consiguen desgastarte y darte de bruces contra esa pared que tienes delante aunque intentes pretender que es invisible.
Así que, como decía, estaba tumbada, respirando hondo, contenta porque la operación de Antonio ha ido bien y se está recuperando poco a poco y he pensado, pero más bien como hablando con esa fuerza que está llevando el timón de mi barco, ‘Vale, prueba superada, ya estoy preparada para lo siguiente’. Y ha sido muy curiosa esa sensación de no ser yo quien tiene el poder de decidir nada sino simplemente de hacerme fuerte y estar preparada para la siguiente prueba. Y aguantar. Como si después de todo lo que ha pasado este año mi vida se hubiese transformado temporalmente en un libro de Harry Potter o en una película de Indiana Jones donde los protagonistas solo tienen unos segundos para tomar una bocanada de aire antes de enfrentarse al próximo obstáculo.
Bueno, a ver qué me deparan las próximas semanas… a ver qué pasa en el próximo capítulo, qué se escribe al pasar la página...
6 comentarios:
El principe azùl con ernia reparada te lleva en un mundo de adas? :)
Amor somos dos en el barco ahora y cuando no puede uno el otro se encarga del timòn no te preocupes que juntos lo superaremos todo!
Muchos besos y todo el carino del mundo para los dos.
Desde Melbourne, no olvido. Encontrarme en el camino es facil, pues caminamos juntos.
Besos
Ay Martita!!!
No hay timón que pueda mantener el rumbo de un barco en las grandes tormentas de la vida, solo podemos replegar las velas para evitar que se rompan los mástiles y al menos, maniobrar dentro de lo posible para evitar los arrecifes.
Te han tocado muchas tormentas este año, pero si te dan y te das la calma suficiente podrás reparar el velamen y volver a surcar las aguas junto con los tuyos.
No eres el único barco, hay otros cerca, listos para ayudar si te encuentras cerca del naufragio, solo tienes que mirar muy cerca y darnos tu posición para ir al rescate.
Martita, tu barco no se hunde, sólo está en aguas turbulentas, la calma llegará pronto, pero antes de verla a tu alrededor necesitas verla en tu interior.
:)
Jo muchas gracias!! la verdad es que ya estoy mucho mas tranquila que hace unas semanas :D y anonimo, quien eres que me gustaria saberlo? un millon de gracias por vuestros animos y apoyo!! :D
Uy! Perdona Marta que no he firmado...
Anonimo es: "El Maestro Paellero y del Sofrito de Supervivencia"
Hola Marta! Soy Diana (compi becaria en Turespaña) y acabo de recibir un email tuyo con el enlace a tu blog y aquí estoy. Primero decirte que siento mucho lo de tu padre y me alegro de que hayas encontrado una persona que llena tu vida y que por lo que veo es italiano. ¿Sigues en Irlanda?, bueno a ver si actualizas y promete leerte a menudo.
Biquiños, Andu
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